Los objetivos 20/20/20 de ahorro energético y reducción de emisiones de CO2 establecidos para España no se cumplirán si no se incide sobre el parque de edificios existente a través de la rehabilitación energética. Para ello, la próxima aprobación y entrada en vigor de la norma estatal que establece la certificación energética de los edificios existentes podría ser un buen punto de partida. Así se puso de manifiesto el pasado 3 de diciembre en la sesión dedicada a la certificación energética de los edificios existentes organizada por el
Colegio de Aparejadores de Barcelona con la colaboración de la Generalitat de Catalunya, el Ministerio de Fomento y el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE).
La Unión Europea se ha propuesto muy seriamente (a pesar de la crisis económica o como una forma de salir de ella) mantener los compromisos internacionales referentes a la reducción de emisiones contaminantes y al mismo tiempo reducir la dependencia externa en materia de energía. Para conseguirlo se han aprobado diferentes directivas europeas a través de las cuales se han ido estableciendo los objetivos y exigencias a los estados miembros.
Una de las herramientas para conocer (y poder mejorar) el comportamiento energético de los edificios es la certificación energética, que en el año 2007 ya se estableció en todo el Estado español para los edificios de nueva construcción. Con el establecimiento de los objetivos 20/20/20 y la exigencia, antes de 10 años, de construir edificios con un balance energético cero, se ha visto que si únicamente se incide en los edificios que se han construido, se tardarán muchos años en alcanzar los objetivos planteados.
Se debe pues incidir en el parque existente, que es el verdadero depredador de energía y es aquí donde se pueden hacer verdaderos ahorros energéticos y económicos, ya que los edificios construidos antes del año 1979 (60%) no disponen de ningún tipo de aislamiento, los construidos desde esta fecha hasta el 2007 tienen un aislamiento débil y los construidos según los parámetros del Código Técnico de la Edificación (CTE) se encuentran lejos de los objetivos europeos actuales. Hace falta pues conocer el comportamiento de los edificios existentes y mejorar-los a través de la rehabilitación energética.
Muy pronto se aprobará y entrará en vigor en España una importante normativa orientada hacia este objetivo, la cual ya es vigente en todos los países de Europa: la certificación energética de los edificios existentes, que exige disponer de esta calificación y mostrarla públicamente en toda transacción inmobiliaria de venta o alquiler de un edificio o vivienda.
Los aparejadores son profesionales que han de asumir un importante papel en la puesta en marcha de todo este procedimiento para evaluar energéticamente los edificios y para orientar a sus propietarios en las mejoras más eficientes y adecuadas en cada caso. Por esta razón, el
Colegio de Aparejadores de Barcelona dedicará el año 2013 a la rehabilitación energética, con la creación de herramientas para el profesional, publicaciones técnicas, formación y asesoramiento técnico específico sobre esta materia y campañas de concienciación ciudadana.
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