Más de la mitad de los edificios de oficinas en España ya cuentan con un responsable de la gestión energética. Esta es una de las principales conclusiones del informe "Hacia una oficina verde", que ha sido presentado por
Aguirre Newman , G-Advisory y Aire Limpio. Un estudio que valora la situación ambiental de las oficinas de las 72 empresas más representativas de España, incluidas 13 pertenecientes al IBEX 35.
Según el informe, un 82% de la muestra considera la climatización y la calefacción como ámbitos prioritarios en la gestión eficiente de los edificios. Una buena gestión energética es clave para el desarrollo de edificios sostenibles de alto rendimiento, siendo el responsable quien deba desarrollar el plan de eficiencia energética, así como realizar un seguimiento con el objetivo de implantar acciones preventivas y correctivas.
El compromiso medioambiental también se ha observado en el crecimiento del número de empresas que se encuentran certificadas o en proceso de certificación conforme a algún estándar de edificación sostenible. El estudio destaca que, si bien son certificaciones voluntarias, cada vez son más empresas las que solicitan los más reconocidos de España (LEED, BREEAM y VERDE), debido al valor añadido que aportan a los edificios y a las propias compañías.
Planes de eficiencia energética "Hacia una oficina verde" apunta que los planes de eficiencia energética permiten introducir ahorro y eficiencia como elementos principales en la gestión global, lo que le convierte en un pilar fundamental para mantener la competitividad empresarial en un mercado que se enfrenta a la realidad económica, política y social en continua transformación. Asimismo, son una herramienta estratégica en la reducción de los consumos de energía, costos financieros asociados y, consecuentemente, emisiones de gases invernaderos.
Las prácticas más comunes de estos planes son las medidas de ahorro energético en los sistemas térmicos, envolvente e interior de los edificios, siendo recogidas por más de la mitad de los edificios de oficinas. Lo que demuestra el interés de las empresas por la implementación de planes de eficiencia energética, incluso cuando su aplicación no se considera obligatoria.