En la construcción de edificios, su ubicación en una determinada zona climática, la orientación de su fachada y la superficie que ocupan sus ventanas son algunas de las variables que determinarán las características de los materiales constructivos para sus cerramientos.
Las cada vez más exigentes prestaciones de aislamiento que requiere el mercado de la carpintería metálica hace que la presencia de la
rotura de puente térmico en la perfilaría de aluminio sea cada vez más generalizada.
La rotura del puente térmico se consigue a través de
un perfil de poliamida que se coloca mecánicamente entre dos de los perfiles de aluminio que conforman la ventana. La incorporación de este perfil de poliamida se realiza en la mayoría de los casos con anterioridad al lacado del perfil de aluminio al que va incorporado. En estos casos, el perfil de poliamida recibe los mismos procesos de tratamiento y pintado que el perfil mecánico, lo que da como resultado un mal acabado en la zona de la poliamida. Aunque pueden ser diversos los defectos obtenidos, generalmente este mal acabado se debe a unas
ampollas conocidas como hervidos o "blistering" y que se pueden observar en la fotografía adjunta. El mayor o menor tamaño de los hervidos va directamente relacionado con el grado de humedad de la poliamida. Diversos estudios de laboratorio han concluido que el agua presente en la poliamida, al evaporarse debido al calor de la polimerización, arrastra o eleva el revestimiento orgánico que se encuentra en fase de fusión y queda atrapada formando los hervidos o "blistering".
Adapta ha desarrollado una nueva línea de recubrimientos en polvo denominada
Adapta NBP (Non Blistering Poliamide) que minimiza este defecto
permitiendo que la humedad ocluida en la poliamida sea liberada y obteniendo un acabado uniforme, especialmente en los acabados texturados que suelen ser los más problemáticos. El producto se personaliza a requerimiento del cliente en cualquier color, pudiéndose desarrollar en poliéster estándar o super-durable.
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