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    28 Ago '23

    Medidas contra el gas radón en inmuebles, protegiendo la salud y la durabilidad

    Cinco estrategias esenciales para garantizar la seguridad y prolongar la vida útil de tus construcciones. Desde sistemas de barrera hasta ventilación estratégica, Tripomant ofrece soluciones integrales para una construcción segura y eficiente

    Imágenes: Francesco Scatena
    ¿Es posible proteger a los inmuebles del dañino gas radón? Afortunadamente, sí. Por eso, hay una serie de medidas contra el gas radón que se deben llevar a cabo para conseguir buenos resultados. Muchas de ellas se pueden combinar para que la protección contra este tipo de gas sea mejor todavía. Hoy vamos a conocer cinco de ellas.

    Todas las medidas mencionadas están incluidas en la Guía Técnica RADEX-TRIPOMANT que está disponible para su descarga en el artículo Guía técnica RADEX-TRIPOMANT, ¿qué es el radón y cómo entra en los inmuebles? Este fue clave para introducir los conceptos básicos sobre este tipo de gas del que hay que protegerse.

    1. Sistemas de barrera antiradón

    Los sistemas de barrera antiradón suelen situarse en la parte baja de cualquier inmueble, la que correspondería al sótano. La extensión de la barrera debe cubrir toda el bajo del inmueble para que el gas radón no pueda penetrar por ningún resquicio. Esta debe ser impermeable y provoca que haya una estanqueidad positiva para el inmueble. Pero, esta primera medida es posible combinarla con la siguiente que vamos a exponer.

    2. Sistemas de extracción o presurización

    Esta otra de las medidas contra el gas radón cuya función es extraer todo el gas que se haya quedado en el inmueble. Gracias al artículo anterior publicado en Tripomant sobre este tipo de gas, ahora sabemos que lo perjudicial es que no haya un sistema que permita que el gas no quede atrapado dentro del inmueble. Este sistema contaría con un tubo de extracción que recorrería el inmueble de abajo a arriba, hasta salir por el extractor.

    Imágenes: Francesco Scatena
    3. Medidas contra el gas radón en la categoría 0

    Además de las dos medidas contra el gas radón anteriores que pueden combinarse entre sí, es fundamental tratar aquellas más específicas y que tienen que ver con los niveles de gas de cada inmueble. El nivel más bajo es el 0, es decir, hay menos de 150 Bq/m3. Esto puede ocurrir porque el terreno tiene muy poco gas radón o tiene una baja permeabilidad. En estos casos pueden tomarse medidas como las anteriores u observar cómo evoluciona el gas, ya que no es peligroso.

    4. Medidas contra el gas radón en la categoría 1

    Cuando un inmueble recibe la categoría 1 con respecto a la exposición al gas radón, significa que sus habitantes están expuestos a hasta 300 Bq/m3. Lo ideal es que se adopten medidas como barreras de protección del terreno y el local que tengan un espesor mínimo de 2 mm. Además, también esas barreras deben tener un coeficiente de difusión frente al radón del orden de 10^-16 m2/s, según el CTE DB-HS 6. Las láminas de Tripomant GR cumplen estos requisitos.

    5. Medidas contra el gas radón en la categoría 2

    La categoría 2 es la más peligrosa, ya que estamos hablando de una exposición a más de 300 Bq/m3. En estos casos hay que disponer de Tripomant GR, además de contar con una adecuada ventilación (tal y como mencionábamos en la medida número 2) y una despresurización del terreno. Esto último es clave, ya que el inmueble se encuentra en un terreno donde hay una intensa actividad del gas radón que, probablemente, afecte a los inmuebles circundantes.

    El gas radón es peligroso para la salud, ya que aumenta el riesgo de sufrir un cáncer de pulmón. Por eso, a pesar de que un inmueble pueda recibir una categoría 0, el aislamiento siempre es una buena idea. Además de protección contra este tipo de gas ofrece ventajas que permiten ahorrar en las facturas, sobre todo en las de la luz.

    Imágenes: Francesco Scatena
    Con Tripomant, cualquier inmueble estará perfectamente protegido del gas radón y podrá cumplir con todas las medidas contra el gas radón mencionadas. Además, la temperatura en el interior del inmueble será muy agradable en todas las estaciones, la calidad del aire mejorará notablemente y el ahorro será significativo.

    ¿Para qué arriesgarse? Invertir en un aislante duradero, imputrescible, inatacable por insectos y roedores, y que permite ganar superficie habitable solo tendrá ventajas. Además de la protección contra el gas radón cuyos efectos no se notan en la salud a corto plazo, pero con el tiempo empezarán a hacerse evidentes.

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