Cuando pensamos o hablamos de nuestra terraza, balcón o jardín, solemos pensar que son espacios que solo podemos disfrutar en verano, ya en esa época están llenos de luz y energía. Pero en invierno, si sabemos cómo abrigarlos, también puede ser una época maravillosa para disfrutarlos. Nuestro espacio exterior es un refugio cálido y acogedor que invita a relajarnos y a disfrutar, incluso cuando las temperaturas bajan.
La clave está en pensar que estos espacios son una extensión de nuestro hogar, un lugar que también merece atención y cuidado en cualquier época del año. Textiles naturales, cálidos y envolventes, como mantas de lana, cojines de terciopelo o alfombras resistentes, ayudan a aportar sensación inmediata de confort.
La iluminación también juega un papel fundamental en esta metamorfosis. La luz natural durante el invierno es más suave y efímera, por eso es importante sumar fuentes de luz cálidas y acogedoras que nos permitan disfrutar del espacio en cualquier momento. Las guirnaldas de luces amarillas, los faroles con velas LED o las lámparas portátiles crean rincones mágicos que invitan a la tranquilidad.
El diseño no es solo estética: es bienestar, es crear ambientes que cuidan y miman, puertas afuera y puertas adentro. Y por supuesto, el calor funcional no puede faltar. Hoy en día existen múltiples opciones para aportar calor al exterior sin sacrificar la estética. Las estufas de diseño, chimeneas portátiles o braseros con líneas sencillas y materiales nobles se integran a la perfección en el mobiliario, convirtiendo la terraza en un lugar habitable incluso en las noches más frías. Acompañar estos elementos con muebles robustos y atemporales —en madera natural, fibras trenzadas o metal tratado— refuerza esa sensación de equilibrio y permanencia que todo espacio necesita.
Disfrutar del jardín, balcón o terraza en invierno es también una invitación a desacelerar. Un desayuno envuelto en mantas con la luz tibia del sol invernal, una lectura entre cojines o una copa de vino bajo la suave luz de las velas, son momentos que llenan el alma y renuevan nuestra conexión con el hogar.
El invierno no debe ser un motivo para cerrar el paso a nuestro espacio exterior, sino para reinventarlo. El
Estudio de Interiorismo Laura Martínez se especializa en el diseño de espacios residenciales y comerciales, con más de 15 años de experiencia. Su enfoque combina creatividad y sensibilidad para crear ambientes personalizados, funcionales y cálidos. Su filosofía se centra en las personas y su forma de convivir. Ofrecen proyectos integrales con asesoramiento personalizado para que los clientes solo se dediquen a disfrutar del resultado.