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    4 Dic '25

    ¿Tienes humedad en tu casa antigua? Biodry te cuenta cómo eliminarla de forma definitiva y natural

    Descubre las causas más comunes y las soluciones más eficaces y respetuosas con la arquitectura histórica, desde la ventilación adecuada hasta sistemas no invasivos que actúan sobre el origen del problema sin alterar los materiales originales

    Las casas antiguas tienen un encanto único y son verdaderas joyas arquitectónicas: techos altos, muros de piedra maciza, carpinterías artesanales y una sensación de historia en cada rincón. Sin embargo, ese mismo encanto conlleva un enemigo persistente y silencioso: la humedad estructural.

    Con el paso de las décadas, los materiales pierden su capacidad natural de transpiración y los sistemas constructivos tradicionales —sin cámara de aire, sin impermeabilización y con cimentaciones poco profundas— se vuelven vulnerables a la humedad del terreno y del ambiente.

    Eliminar la humedad en una casa antigua no consiste simplemente en limpiar manchas o ventilar: requiere comprender cómo respira el edificio, respetar sus materiales originales y actuar sobre la causa o el origen del problema, sin dañar la estructura y no solo sobre el síntoma.

    El primer paso: identifica el tipo de humedad

    Antes de aplicar cualquier solución o tratamiento, es indispensable determinar de dónde viene la humedad. En las viviendas antiguas, los tres tipos más comunes de humedad son:

    Humedad por condensación: aparece en muros fríos, ventanas o zonas mal ventiladas. Es habitual en viviendas con escasa renovación de aire, con puentes térmicos o en viviendas rehabilitadas con materiales no transpirables (pinturas plásticas o yesos modernos).

    Humedad por filtración: aparece en cubiertas, muros exteriores o sótanos. Un caso frecuente se da en casas rurales donde las canaletas se obstruyen y el agua de lluvia se infiltra por capilaridad lateral.

    Humedad por capilaridad: el tipo más destructivo y común en casas de piedra o ladrillo antiguo. El agua asciende desde el terreno a través de los poros del muro, arrastrando sales y minerales que generan salitre, desconchados y manchas.

    Identificar el tipo de humedad permite aplicar una solución compatible con los materiales originales y evitar errores frecuentes, como sellar el muro o aplicar productos impermeables, como las inyecciones líquidas antihumedad, que agravan la situación.

    Mejora la ventilación sin alterar la estructura

    Las casas antiguas "respiran" de manera natural. Bloquear ese proceso con aislamientos plásticos o cerramientos herméticos puede agravar los problemas de condensación.

    Ventilación cruzada: abre ventanas enfrentadas durante varias horas al día para renovar el aire. En viviendas con muros de piedra, este gesto sencillo reduce hasta un 40 % la humedad ambiental.

    Respiraderos o rejillas de ventilación: en bodegas o sótanos, la instalación de respiraderos pasivos evita la acumulación de aire viciado y condensado.

    Deshumidificadores profesionales: en zonas muy húmedas (como Galicia o el norte de Italia), su uso constante mantiene la humedad relativa en niveles seguros sin afectar los materiales.

    Aislamientos naturales: utiliza corcho, cal hidráulica o fibra de madera, que permiten transpirar el muro. En una rehabilitación en Segovia, sustituir el poliuretano por morteros de cal redujo la humedad en un 60 % en seis meses.

    Recuerda: una casa moderna se sella, una casa antigua se deja respirar.

    Limpia las manchas y el moho de los muros

    Las manchas oscuras o el moho en paredes o muros antiguos no son solo un problema estético: indican humedad activa. Para limpiarlas sin dañar los materiales puedes usar varios productos distintos.

    Por ejemplo, el vinagre blanco o bicarbonato son ideales para superficies de yeso o cal. En cambio, en una pared de piedra natural, el bórax o percarbonato de sodio resulta mejor opción.

    En zonas ornamentales o molduras antiguas no es recomendable usar líquidos, así que cepillar la zona en seco es lo más recomendable.

    Después de limpiar, ventila bien y asegúrate de que la superficie quede completamente seca.

    Importante: evita productos con cloro, ya que degradan la cal y pueden generar eflorescencias salinas.

    Las mejores soluciones para quitar la humedad en una casa antigua

    En las casas viejas, la humedad no suele ser un problema superficial, sino estructural. Los tratamientos deben ser respetuosos con los materiales originales (cal, piedra, ladrillo, mortero antiguo) y no comprometer su transpirabilidad.

    Algunas de las soluciones más eficaces son:

    Morteros de cal transpirables de NHL (hidráulica natural): sustituyen los revestimientos dañados y permiten que el muro respire.

    Rejuntado de piedra o ladrillo con morteros minerales: ayuda a sellar microfisuras sin impermeabilizar.

    Revestimientos de silicato o base mineral: repelen el agua de lluvia, pero dejan pasar el vapor.

    Sistemas antihumedad biológicos: este tipo de sistemas, como Biodry, eliminan la humedad por capilaridad sin obras, sin electricidad y sin productos químicos.

    Estos tratamientos son compatibles con muros porosos o materiales tradicionales, donde los métodos convencionales, las inyecciones químicas, cementos impermeables y pinturas acrílicas tienden a sellar el muro, generando bolsas de humedad interna que aceleran el deterioro.

    Cuida el mantenimiento y la prevención

    Además de aplicar las soluciones que hemos mencionado anteriormente, una casa antigua requiere un cuidado continuo para mantener bajo control la humedad.

    Lo primero es tener controlado el nivel de humedad gracias a un higrómetro, ya que esto nos irá indicando el nivel de humedad del aire en todo momento.

    Además de esto, hay que realizar ciertas acciones de mantenimiento, como revisar cubiertas, tejados y canalones después de lluvias intensas o limpiar periódicamente las juntas y fisuras en muros o suelos.

    Con un mantenimiento adecuado podemos evitar daños mayores, conservar la salud estructural de la vivienda y el valor histórico de la vivienda.

    Biodry: la solución definitiva para eliminar la humedad por capilaridad en casas viejas

    Cuando la humedad proviene del terreno, ninguna pintura o mortero será suficiente si no se corta su origen.

    Por eso, Biodry es la solución definitiva para eliminar la humedad por capilaridad. Se trata de una solución natural, no invasiva y permanente que elimina la humedad por capilaridad restaurando el equilibrio eléctrico de los muros. De este modo, el agua deja de ascender y regresa al terreno de forma natural.

    A diferencia de otros métodos, Biodry no requiere electricidad, mantenimiento ni productos químicos, y es totalmente compatible con construcciones antiguas y materiales históricos.

    Este sistema suizo, avalado por ensayos técnicos y décadas de uso en edificios patrimoniales, permite que los muros se sequen de forma progresiva y natural, manteniendo intacta su estructura y autenticidad.

    Gracias a su acción pasiva, permite que los muros recuperen su estado seco sin dañar su estructura ni alterar el carácter original del edificio.

    Si quieres acabar para siempre con la humedad por capilaridad de tu casa vieja sin dañar la estructura ni los muros, Biodry es la solución que necesitas.

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