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    22 Sep '09

    Clave de sostenibilidad en tres hoteles españoles

    Immosolar ha desarrollado tres instalaciones que suponen un importante ahorro energético y económico y sientan las bases del futuro en gestión energética de edificios

    Cuando la energía y la geotérmica se alían, se multiplican las posibilidades en la gestión energética de edificios sostenibles, al mismo tiempo que disminuyen los costes económico y las emisiones de CO2 a la atmósfera. Tres hoteles situados en diferentes regiones de la Península Ibérica han sido testigos de esta unión que Immosolar ha desarrollado gracias a una serie de sistemas y elementos que evitan la emisión de más de 100.000 kg de CO2 anuales a la atmósfera.

    Uno de estos establecimientos es el Hotel FrontAir Congress, situado en Sant Boi de Llobregat, en las cercanías del aeropuerto de Barcelona. Se trata de un nuevo establecimiento de cuatro estrellas con una capacidad de 229 habitaciones. La gestión energética del edificio se basa en una combinación de energía solar, geotérmica y gas natural. El 21 por ciento de esta energía procede de fuentes renovables, de una combinación de colectores solares, bombas de calor y sistemas de acumulación para producir el agua caliente sanitaria (ACS) del edificio.
    Con objeto de no intervenir en la impermeabilización de la cubierta del edificio, la fijación de las estructuras que soportan los colectores solares se ha realizado sobre una malla de viguetas. Ésta integra 80 captadores de alto rendimiento IS-Pro 2H con una superficie total de 160 m². La instalación también cuenta con tres acumuladores de 4.000 litros. En este caso, el ahorro de energía es de 141.412 kWh/año y se evita la emisión de 28.000 kg anuales de CO2. Unas cifras en consonancia con la protección del medio ambiente y un turismo sostenible.

    El segundo proyecto de Immosolar se ha llevado a cabo en el Hotel EC Fonz, un pequeño establecimiento rural situado en la provincia de Huesca que produce ACS para 20 personas, así como calefacción por suelo radiante de 300 m². Este pequeño hotel cuenta con doce captadores solares IS-TINOX 2H, con una superficie de 24 m². En este caso, interviene el sistema EnergyController desarrollado por Immosolar, que consiste en una unidad de regulación hidráulica, equipada para sistemas de acumuladores múltiples. De este modo, la energía solar se aprovecha de un modo más eficiente, ya que se pueden cargar consecutivamente diferentes variantes de acumuladores, haciendo una distribución de energía por prioridades, fechas de funcionamiento y temperaturas. Gracias a ello, es posible llevar a cabo una climatización del edificio sin un gasto de regulación adicional.
    En este hotel, el 44 por ciento de la energía procede de fuentes renovables. Para complementarla, se utiliza una caldera de gas modulante. En total, el ahorro anual es de 2.256 m³, además de evitar la emisión de 6.155 kg de CO2 a la atmósfera.

    Por último, el Hotel Kempinski, situado en Estepona, con cuatro estrellas y 149 habitaciones, pretende suministrar el mayor porcentaje posible de energía solar a la producción de agua caliente sanitaria (ACS), de acuerdo con las restricciones el emplazamiento. Para la captación de energía solar se utilizan 102 colectores de alto rendimiento IS-Pro 2H, con una superficie de 204 m².
    En principio, se estimó un consumo de ACS de 70 litros por persona y día, a 60°C, de acuerdo con las indicaciones del Código Técnico de la Edificación (CTE). Teniendo en cuenta un cien por cien de la ocupación, el consumo total/día es de 20.860 litros. Para la acumulación del sistema solar, se utilizaron tres depósitos en desuso en la sala de máquinas del hotel, con una capacidad de 7.125 litros cada uno. Estos depósitos fueron adecuados y tratados con vitrificado epoxídico. Los colectores solares Immosolar IS-Pro 2H se hallan distribuidos en las tres terrazas que permitió el hotel. En la primera, las estructuras son de fibra de vidrio, y sirven de apoyo a 60 colectores distribuidos en cuatro bancadas, a tres alturas, con cinco paneles cada una. En las otras dos terrazas, las estructuras de aluminio cuentan con un 45 por ciento de inclinación, y sirven de apoyo a 43 paneles solares térmicos.
    Desde cada una de las terrazas, se comunicó hidráulicamente el primario solar hasta tres verticales distintas, que conectan con la sala de máquinas. En dicha sala de máquinas se produce el intercambio energético a través de un intercambiador de 218,3 kW, dimensionado a tal efecto.
    La acumulación lograda es de 21.375 litros de agua caliente sanitaria a 60°C, de forma que el hotel sólo necesita activar por la noche una de sus tres calderas de gasoil, de 905 kW, en caso de que haya demandada por parte de la clientela, en temporada alta.
    Con esta instalación, el hotel ahorra un total de 30.122 litros de gasoil al año. En términos ecológicos, esto se traduce en 70.000 kg de CO2 menos en la atmósfera. El hotel amortizará la instalación en cinco años.
    Los colectores solares térmicos de alto rendimiento de Immosolar se integran en el edificio aprovechando la radiación del Sol, incluso las radiaciones difusas, y proporcionan parte de la demanda energética del mismo. Los tubos de transmisión de calor están fabricados de tubo de cobre resistente y dispuestos en forma de arpa, de modo que se lleva a cabo una rápida transmisión del calor por la conexión plana entre el tubo y el absorbedor. El absorbedor es de TINOX® con una disposición de los tubos de cobre en forma de parrilla. El cristal tiene bajo contenido en hierro y es resistente al granizo, de acuerdo con la norma ISO. La superficie de los colectores se orienta al Sur. Éstos pueden sustituirse parcialmente a la cubierta (instalaciones integradas).
    El colector abastece a un acumulador intermedio, que almacena el excedente de la energía solar y garantiza el buen funcionamiento del sistema, reduciendo los ciclos de encendido y apagado de la bomba de calor. Esta bomba de calor es la encargada de suministrar energía en caso de que la procedente del colector no sea suficiente para el ACS o para el sistema de calefacción. El funcionamiento de la bomba también se nutre de la energía del colector, lo que la hace más eficiente, proporcionando un 40 por ciento más de calor que el modo convencional.
    Además, la bomba de calor también recurre al excedente de energía acumulada bajo el pavimento, especialmente, en épocas sin radiación. En estos hoteles, tanto el pavimento como el suelo se aprovechan para almacenar la energía solar generada por el colector, sobre todo excedentes de calor generados en épocas cálidas. Los excedentes de energía del campo de colectores durante épocas intermedias o de verano pueden ser almacenadas bajo el forjado del edificio o en perforaciones geotérmicas, pudiendo ser aprovechados más tarde en las épocas de baja radiación solar por la bomba de calor geotérmico, proporcionando así una temperatura más elevada y constante en el circuito geotérmico, lo que la hace más eficiente, generando un 40 por ciento más de calor que un sistema convencional. A diferencia de otros sistemas que combinan energía solar y geotérmica, la energía solar se destina directamente a la bomba de calor y no sólo se utiliza un acumulador intermedio bivalente a modo de interfaz. La energía solar es almacenada por niveles en el sistema de gestión de energía en secuencia de prioridad.
    La unidad hidráulica y de mando proporciona a la bomba de calor la temperatura de origen óptima desde el colector solar y/o el acumulador geotérmico. Debido a la constante temperatura de origen, la bomba de calor logra un mayor rendimiento.
    También se aprovecha la capacidad de almacenamiento de la masa del edificio a través de un sistema de mallas colocadas en los forjados de hormigón, los llamados sistemas de activación térmica de la construcción (TABS). Este sistema se abastece la energía de temperatura media del colector de modo que la energía solar térmica generada se acumula y distribuye sin pérdidas en la estructura del edificio, climatizando el mismo de forma efectiva.
    Los TABS pueden ser igualmente cargados de energía frigorífica haciendo circular el circuito de refrigeración proveniente de la bomba de calor geotérmica. Al circular por el sistema de mallas, el agua emite al hormigón la energía frigorífica, en función de su temperatura, siendo esta almacenada para posteriormente ser transmitida por radiación hacia las zonas a climatizar. Como todos los acumuladores térmicos, los componentes termoactivos compensan la diferencia de tiempo entre oferta y demanda energética.
    De este modo, el edificio consigue una temperatura de confort con un importante ahorro de energía, además de un valor añadido de la construcción.
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