Isolux Corsán ha entregado al Ayuntamiento de Valladolid las obras del nuevo puente Santa Teresa que permitirá comunicar los barrios de La Rondilla con La Victoria. La nueva infraestructura tiene una longitud de 194 metros y salva el cauce ordinario del río Pisuerga con un solo vano de 90 metros, sin apoyos en el río. Las obras del nuevo puente, ejecutadas por una UTE formada por
Isolux Corsán y FCC al 50%, se realizaron en 15 meses (tres menos de los previstos en la adjudicación) y contaron con una inversión de 12,3 millones de euros.
Urbanización del puente y su entorno El puente tiene 28,30 metros de ancho y se distribuye en dos carriles de 3,50 metros con jardineras a ambos lados para separar el tráfico rodado de la zona peatonal y 17 metros para viandantes, que incluyen un carril bici (3,2 metros) y sendas aceras con pavimentos de madera sintética de 5 metros y 8 metros cada una, con barandilla acristalada.
El puente queda plenamente integrado en el entorno y su proceso constructivo ha asegurado la continuidad de la mayoría del arbolado existente, prolongando el Parque de la Ribera de Castilla bajo el puente. Asimismo, para mejorar la integración del entorno, se han aumentado considerablemente el número de árboles y especies vegetales preexistentes. También se han ampliado las sendas y caminos dotándolas de mobiliario urbano y unas nuevas mesas y bancos para personas con movilidad reducida.
El proyecto del nuevo puente incluye también la urbanización de las calles anexas y tres nuevas glorietas para que absorban los tráficos generados con la nueva infraestructura y futuros desarrollos urbanísticos proyectados para la zona noroeste de la ciudad.
Estudio avifauna Antes del inicio de los trabajos en la construcción del nuevo puente se realizó un estudio detallado de la avifauna, teniendo en consideración las especies presentes en el entorno y los potenciales efectos que la nueva infraestructura les pudiera ocasionar. De este modo, el calendario de las obras se estableció de manera que las operaciones a ejecutar durante la época más sensible para la fauna -los meses de primavera y verano- fuesen lo menos impactantes. Con la entrada en funcionamiento del puente al inicio de la primavera, se restituye el entorno para permitir el desarrollo del ciclo biológico de las especies que pueblan la zona, sin las alteraciones propias de una obra de estas características.
Aspectos técnicos El nuevo puente Santa Teresa se ha resuelto con una tipología de canto variable y doble cajón, con un sistema que combina una estructura mixta con acero cortén en el vano principal y hormigón pretensado en los vanos laterales. Con una longitud total de 194 metros entre apoyos en estribos, el puente se divide en cinco vanos continuos. Destaca en el proceso constructivo para el montaje del vano central que se llevó a cabo en una maniobra que duró dos días con la elevación y posicionado sobre el río de dos vigas de 60 metros de longitud y 210 toneladas de peso cada una, mediante una grúa de celosía de 650 toneladas. Posteriormente, estas vigas flotantes se navegaron, controlando la operación con cuatro "winches" situados en las orillas. Una vez posicionadas las piezas en la vertical del puente se procedió a su izado mediante cuatro gatos hidráulicos con capacidad de 70 toneladas cada uno, telemandos desde una central informatizada que controló todo el proceso.
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