Un estudio realizado por la compañía Coldwell Banker Prestige Barcelona, estima que actualmente hay en Barcelona un total de 10.000 pisos de obra nueva en venta, una cifra muy inferior a los cerca de 50.000 que había en el mercado antes del estallido de la crisis de 2008. "Este rápido agotamiento de los pisos de nueva construcción puede originar a corto plazo una nueva burbuja inmobiliaria en la ciudad", asegura el CEO de la empresa François Carriere. Ya las consecuencias comienzan a sentirse. En el último año el precio de la vivienda de obra nueva en Barcelona ha experimentado una subida del 20 por ciento y el precio medio de los pisos en el centro de la ciudad está en los 6.000 euros por metro cuadrado.
Carriere afirma que "es cierto que la demanda existente actualmente en Barcelona aún no ha llegado a los niveles anteriores a la crisis económica, pero la presión existente en el mercado es ya superior, puesto que el número de viviendas disponibles se ha reducido a un quinta parte de las que había disponibles en 2008".
La crisis económica supuso la parada de las construcciones en marcha en la ciudad y la desaparición de nuevos proyectos de construcción. "Ahora empezamos a ver alguna grúa en la ciudad, pero lo cierto es que la producción resultante resulta insuficiente y la demanda se ha ido alimentando de aquellos pisos construidos con anterioridad", indica Carriere.
Una de las características de las promociones que empieza a emerger en Barcelona es que más de la mitad de los proyectos están impulsados por promotores extranjeros, cuando antes de los años anteriores a la crisis la práctica totalidad de las construcciones estaban promovidas por empresarios españoles. Según el CEO de Coldwell Banker Prestige Barcelona, "se trata de empresas que querían instalarse aquí desde hace tiempo y que han aprovechado el desconcierto que la crisis originó en el sector para entrar en el mercado español".
La obra nueva concentra la mayor parte de la demanda de pisos existente actualmente en la ciudad debido en buena parte a que los compradores que comienzan a aparecer en el mercado son "aquellos que ya hace uno o dos años que dejaron de sentir la crisis en su economía", señala Carriere. Así, cerca de 23 por ciento de los compradores potenciales de vivienda en Barcelona están dispuestos a invertir más de 300.000 euros en su compra y en la mayoría de las ocasiones necesitan una financiación inferior al 80 por ciento del valor de la propiedad e inclusos pueden pagarla al contado.
Los pisos más solicitados por los compradores en Barcelona tienen una superficie de entre 60 y 110 metros cuadrados y cuentan con dos o tres habitaciones.
En este sentido Carriere destaca el hecho de que "cuanto mayor es el precio de una propiedad menos necesidad de financiación tiene su comprador potencial, de forma que la mayoría de transacciones referidas a viviendas de lujo de pagan al contado".
Entre las 10.000 viviendas nuevas actualmente en el mercado de Barcelona se incluyen aquellas procedentes de remodelaciones de edificios que se consideran restauraciones, pero que en la práctica son nuevas construcciones que mantienen la fachada preexistente.
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