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    6 May '24

    Ignifugaciones Generales desvela las diferencias entre fuegos celulósicos y de hidrocarburos

    Aprende a identificar y combatir eficazmente cada tipo de fuego para garantizar la máxima seguridad

    La diferencia entre fuegos celulósicos y fuegos de hidrocarburos es un aspecto clave en la seguridad contra incendios. Comprender estas diferencias no solo resulta crucial para la selección de las estrategias de extinción adecuadas, sino también para la prevención y el control eficaz de los incendios. Este conocimiento permite, a los profesionales y responsables de la seguridad, diseñar planes de acción más eficientes y adaptados a cada tipo de fuego. En este artículo Ignifugaciones Generales analiza las principales diferencias entre ambos tipos de fuego.

    Fundamentos de la combustión y clasificación de fuegos

    Para explicar la diferencia entre fuegos celulósicos y fuegos de hidrocarburos, primero empezaremos por un concepto básico y clave.

    Sin duda, ese concepto principal es el de la combustión, que es una reacción química en la que un material combustible reacciona con un oxidante en presencia de calor y forma la base de cualquier incendio.

    Los incendios se clasifican según el tipo de material combustible que aparece. Según las normativas europea y estadounidense, los incendios se dividen en varias clases. Toma nota.

    - Clase A: Materiales como madera, papel y tejido.
    - Clase B: Líquidos y gases inflamables.
    - Clase C: Fuegos eléctricos.
    - Clase D: Metales inflamables.
    - Clase F: Aceites de cocina.

    Por ello, cada clase de incendio requiere un enfoque específico de extinción, siendo los espumógenos una opción común en incendios de Clase A y B.

    Fuegos celulósicos y sus características

    Los fuegos celulósicos, clasificados como Clase A, son aquellos que contienen materiales como madera, papel y textiles. Estos incendios son tridimensionales y pueden presentarse en diversas situaciones, desde incendios forestales hasta incendios en edificios residenciales.

    La característica distintiva de estos fuegos es su combustión lenta, lo que les permite alcanzar temperaturas críticas gradualmente. Es por ello que, para la extinción efectiva de los fuegos celulósicos, a menudo, se requiere de agua o espumógenos específicos de Clase A, ya que contribuyen a penetrar y humedecer profundamente los materiales y facilitan la extinción.

    Fuegos de hidrocarburos y naturaleza

    Por otra parte, los fuegos de hidrocarburos (generalmente, clasificados como parte de la Clase B) incluyen incendios de líquidos como gasolina, diésel y combustibles basados en hidrocarburos.

    Estos incendios, se caracterizan por arder rápidamente y a temperaturas mucho más altas, en comparación con los celulósicos. Debido a ello, la extinción de estos fuegos es más compleja debido a que no se pueden mezclar con agua. Por lo tanto, requieren espumógenos especiales de Clase B que formen una barrera sobre la superficie del combustible, sellando los vapores y evitando el reencendido. Este tipo de incendio es común en entornos industriales, como refinerías, o en accidentes de transporte con sustancias inflamables.

    Comparativa y diferencia entre fuegos celulósicos y fuegos de hidrocarburos

    Entender la diferencia entre fuegos celulósicos y fuegos de hidrocarburos resulta determinante para entender los retos en la seguridad contra incendios. Los fuegos celulósicos, típicos en entornos urbanos y forestales, incluyen materiales que arden más lentamente y a temperaturas menores. La extinción de estos fuegos, como ya han mencionado, se facilita con agua y espumógenos que penetran y humedecen los materiales.

    En cambio, los fuegos de hidrocarburos, comunes en la industria petroquímica, arden a temperaturas más altas. Asimismo, requieren espumógenos de Clase B que formen una barrera física sobre el combustible.

    Estos dos tipos de incendios presentan diferencias notables en términos de riesgo, comportamiento del fuego y estrategias de extinción. Los celulósicos pueden propagarse a través de materiales combustibles comunes y crear incendios estructurales que requieren una extinción rápida para evitar daños mayores.

    Por otro lado, los de hidrocarburos, debido a su alta temperatura y velocidad de propagación, presentan un riesgo significativo de explosión y reencendido. Por lo tanto, estas características exigen un enfoque más especializado y cuidadoso.

    Es por ello, que la selección adecuada de agentes extintores y estrategias de control es crítica. En los fuegos celulósicos se buscan la penetración y el enfriamiento del material. En los fuegos de hidrocarburos se prioriza la formación de una capa aislante para sofocar el fuego. Esta diferenciación subraya la importancia de una formación y preparación adecuadas en la lucha contra incendios.

    Impacto y consecuencias de los diferentes tipos de fuego en la protección de estructuras

    El impacto y las consecuencias de los fuegos celulósicos y de hidrocarburos son fundamentales para comprender su relevancia en la protección de estructuras. Por una parte, los fuegos celulósicos pueden causar daños extensos en edificaciones, afectando su integridad a largo plazo.

    Por otra parte, los fuegos de hidrocarburos, por su alta temperatura y rápida propagación, pueden causar daños catastróficos en poco tiempo. En consecuencia, ponen en riesgo la estabilidad estructural de instalaciones industriales y de almacenamiento. Por tanto, entender estas diferencias es decisivo para diseñar e implementar medidas de protección pasiva contra incendios para cada tipo de estructura. Con esto, se trata de garantizar su integridad y la seguridad de las personas.

    Comprender la diferencia entre fuegos celulósicos y fuegos de hidrocarburos resulta fundamental en la protección contra incendios. Cada tipo requiere estrategias de extinción específicas y su impacto en las estructuras varía considerablemente. La eficacia en la prevención y contención de incendios depende de la identificación precisa de la clase de fuego y la aplicación de técnicas adecuadas. Asimismo, este conocimiento es imprescindible para garantizar la seguridad personal y la preservación de las propiedades ante estos desafiantes escenarios.

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