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General Cable, compañía líder en el sector de cables a nivel internacional, ha dado un paso más en su política de contribuir a la protección del medio ambiente. En sus facturas a clientes, la empresa especifica el valor de dióxido de carbono (CO2) de cada uno de los cables. Informar acerca de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es una práctica que, con toda probabilidad, acabará siendo obligatoria para las empresas, pero General Cable se ha avanzado a esta medida por voluntad propia. Con ello, demuestra una vez más su compromiso con el desarrollo sostenible de la sociedad.

Todos los cables e hilos eléctricos aislados tienen unos valores concretos en cuanto a emisiones de CO2, según se detalla en una tabla sectorial elaborada por la Asociación Española de Fabricantes de Cables y Conductores Eléctricos y de Fibra Óptica (FACEL). Así, los cables de energía de baja tensión de cobre tienen unas emisiones de 0,327 Kg CO2/Kg de cable, en tanto que en los de baja y media tensión de aluminio son de 0,408, en el resto de cables de energía y especiales de 0,356, en los de telecomunicaciones de 0,417 y en los de hilo esmaltado de 0,585.

La sostenibilidad es una premisa fundamental para General Cable, una compañía que desde siempre viene mostrando un máximo respeto por el medio natural. Fue el primer fabricante de cables que obtuvo la certificación de su Sistema de Gestión Medioambiental de acuerdo con la norma ISO 14001, así como la certificación EMAS, y aplica una gestión plenamente ecológica en todas las fases de sus procesos de producción.